jueves, 21 de junio de 2012

¿Y las diferentes maneras de mantener la vida útil de tus Hi-top? *Start

Fragmento de "Bitácora de una Capitán Suicida"


Miro, pienso y miro. Miro y pienso, pienso y respiro. Respiro y olvido. Olvido y acecho, acecho y suspiro. Suspiro de muerto, y muerto de suspiros. 
Hace frío, y para ser sincera no siento los pies, ni las manos, ni la nariz, ni las orejas. No siento ni una extremidad del cuerpo, y debe ser por eso que, en parte, los golpes son menos dolorosos, las agujas son menos puntiagudas, las fragancias son menos fuertes y las palabras son poco creíbles. 
Todo eso, me pone contenta, hasta diría que soy feliz, pero claro, me olvido de la otra parte, que desde su perspectiva aparentemente inocente, se maquina y se elabora una especie de híbrido humano que sale por mis pies, mis manos, mis orejas, mi nariz, y se materializa junto a mi conformando un cuerpo translucido, fantástico y mortal, como si fuera un dragón de la era media, tan fantástico, tanta belleza, tanta lírica viva y tan letal.
Me agarra del hombro pero sin violencia, lo hace como si fuera una madre, una abuela. Se inclina sobre mi, susurrándome al oído "Forget them Wendy, forget them all" ("Olvídalos Wendy, olvídalos a todos") y sintiéndome esclarecerse el mundo dejo mi cuerpo pesado y siniestro. Se levanta mi cuerpo, dejando mi alma a la deriva de una vía poco transitada pero violenta, poco charlatana pero chispeante, lejos de las piedritas de adoquin, cerca del fierro oxidado y desesperante que tienen las vías de la estación de Banfield, porque en Banfield... en Banfield, vivieron pocos y se mataron muchos. 


[...]

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